Lo dicen los expertos y ya se sabe que, en estas cosas, hay que hacer caso a quien más sabe.
Tantos y tantos años la Iglesia Católica Apostólica y Romana (ICAR) diciéndonos, por activa y por pasiva, que si uno se la tocaba demasiado -la pilila- se le acabaría cayendo a cachos y disolviéndosele la médula espinal y resulta que ahora vienen los expertos esos, diciendo que los hombres tienen que darle aunque sea a la zambomba, con lo que le quitan la razón a los curitas, que en eso de tocársela seguro que saben más que ellos. Pero dejen que les cuente.
Resulta que hoy ha entrado un tipo en mi WC con la revista
'New Scientist' en la mano y, entre hojeada y hojeada, he podido leer un estudio en el que se alababa "
el efecto preventivo de la eyaculación sobre el desarrollo del cáncer de próstata en edades avanzadas". Resulta que los autores del estudio - de Melbourne ellos- afirman que quienes más eyaculan entre los 20 y los 50 años tienen menos probabilidades de sufrir cáncer de próstata, por lo que es conveniente hacerlo aunque sea masturbándose -y ojo que en esto del pajeo los australianos dicen las malas lenguas que tienen memoria histórica.
¿No les parece magnífico? Tantas y tantas generaciones reprimiendo el toqueteo y aumentando con ello inconscientemente el gasto sanitario y resulta que lo que hay que hacer es sencillamente: ¡eyacular, eyacular y eyacular! y ¡cuanto más mejor!
La explicación que dan los expertos a todo esto no podía ser más natural y de sentido común; y es que
todo aquello que no se limpia bien se acaba estropeando y dejando de funcionar.
Pero señores míos, ¿es que acaso no lo dejaba bien claro el sargento chusquero cuando obligaba a toda la compañía a que limpiasen bien el arma? ¿Acaso no insistia en poner especial cuidado en limpiar y engrasar correctamente el cañón del chusco? ¿Acaso no solía él mismo ir todos los fines de semana a que le hiciesen una buena limpieza?
Pues no señores, resulta que todas estas sabias lecciones, por mor de un puritanismo religioso mal entendido, no han servido de nada.
Tantos y tantos años de dictadura castrense y resulta que, merced a la facción religiosa del movimiento (iba a escribir alzamiento pero podría ser mal interpretado), sólo sirvió para que nos castrasen religiosamente y que ahora, con el paso de los años, tengan que venir unos australianos a decirnos que hay que vaciar los conductos si no queremos que se nos descomponga el semen retenido y nos deje la próstata hecha unos zorros (ver foto).
Dicho todo lo cual, el Tubbo les recuerda que, como dice la máxima latina,
Semen retentibus venenum est. Así que cuidadín con reterner las ganas que más vale un buen dolor de testículos, por exceso de trabajo fornicador, que una próstata descojonada por defecto de ello y que, encima, todo el mundo se ponga a murmurar que uno bombea poco -ya saben ustedes como es la gente.
Pues eso.
¡Eyaculad malditos!, aunque sea pagando, que os va la salud en ello y la buena reputación.