Tal que así debemos reconocerlo. Sin más rodeos. Sencillamente
¡Borjamari nos confunde!
Como a Dinio las guayabas, que se las comería todas si le dejasen, a un servidor este tipo, señores y señoritas, le nubla el entendimiento y, tal parece, que no soy el único en perder los papeles ante su sangriento aguijón. Claro que a mí me nubla el entendimiento de puro deseo por rebañar las heces, derramadas por sus obscenas críticas, de mera sed por ser digno de poder acariciar suavemente sus posaderas con el tacto de mis cuartillas; mientras que, al resto de los Blogoterráqueos (se sabe de buena tinta de calamar que hay entes en Marte y Europa, que también postean frenéticamente en algo similar a la Blogocosa, pero que, merced a su lejanía, aún están a salvo de las críticas de Borjamari) sencillamente se les nubla la vista por el hervor de la sangre, que les produce los comentarios de este nuevo Rey del
Post en Post.
Pero, ¿qué me están diciendo? ¿Que no saben aún quien es
Borjamari? Pero, señores y señoritas, ¡un poco de seriedad! ¿Como es eso posible? Pero si a estas horas ningún habitante del
Universo Tubo civilizado -ese que postea cuasi a dario y no de tanto en ciento o de Pascuas a Ramos (lo que está muy mal visto)- desconoce la existencia y la enorme insistencia de este sujeto por alterar los nervios del personal.
Borjamari, señores y señoritas, es, sencillamente, "
dinamita p'a los pollos", "
pimienta de cayena en la boca", "
puritita guindilla picante en el ojete" de todos aquellos a quienes no les gusta la incorrección en las relaciones sociales ni las críticas adversas.
Yo, como soy un miserable Tubo, al que siempre que se acaba su rollo se le desecha o utiliza para las más inconfesables prácticas (desde las onanísticas hasta las más crueles e infamantes, como la de convertirme en un espantoso florero), he decidido cursarle una humilde visita y tratar de hacerme merecedor del perfumado contacto de su seguramente sabio recto.
Para ello le he hecho entrega de un presente, que represente su saber estar, su bien hacer y su mejor parecer. Un presente apropiado a
las fechas en que estamos.
Señores y señoritas ¡cornás para toos y desbarradas por el centro para los memos (¿o era menos?)! ¡Que lo disfrute Borjamari y que nosotros lo leamos!